miércoles, 22 de julio de 2015

PERRO SEMIHUNDIDO DE FRANCISCO DE GOYA Y LUCIENTES. (1821-1823)







OBRA/TITULO: PERRRO SEMIHUNDIDO.
AUTOR: FRANCISCO DE GOYA Y LUCIENTES.
CRONOLOGÍA: 1821-1823.
ESTILO: ESCUELA ESPAÑOLA. PINTURAS NEGRAS.
TECNICA: TECNICA MIXTA
SOPORTE: PINTURA MURAL TRASLADADA A LIENZO.
DIMENSIONES: 131cm X 79cm
LOCALIZACIÓN: MUSEO DEL PRADO. MADRID.

Descripción:


Pintura perteneciente a la serie Pinturas Negras, llamadas así por el uso que de ellas se hacen de los pigmentos oscuros y negros y por lo sombrío de los temas. Eran las pinturas murales que decoraban la pequeña finca de campo de Goya, conocida posteriormente como la “Quinta del Sordo”, en alusión al pintor. El carácter privado e intimo de su casa, hizo que el artista se expresar en estas obras con gran libertad. Estas pinturas fueron mandadas trasladar a lienzo por el barón Emile d´Erlanger, cuando adquirió la Quinte en 1873, las obras sufrieron enormemente con este traslado pues perdieron gran cantidad de capa pictórica en el proceso.


ANÁLISIS FORMAL:
 

Esta cabeza de perro que decoraba uno de los muros al lado de la puerta de la sala de la planta alta, aparece tras una mancha de color, y da la sensación que la tierra se lo está tragando en medio de una soledad total, es una de las pinturas mas inquietantes del Goya avejentado y recluido en su finca, es de un estilo diferente a el resto de las Pinturas Negras. Esta cabeza hundida en la arena, con la mirada lastimera hacia arriba, tienen el aire lúgubre y se ha relacionado con la idea de la fatalidad de la muerte, siendo sin duda la más enigmática de las Pinturas Negras. El estilo es del Goya ya maduro, despreocupado por las convenciones académicas que se basan en la línea y la composición equilibrada. Esta escena, de formato marcadamente vertical, se halla completamente vacía en más de sus dos terceras partes. El tema esta restringido por una diagonal, un modo poco habitual de resolver un horizonte. La separación entre el cielo y la tierra es por completo arbitraria, puesto que ambos tienen un tono amarillento desvaído, que solo la intensidad puede hacer que se diferencien, levemente. Y el tema es tan mínimo y a la vez tan impactante como esa pequeña cabeza animal. Es por lo tanto, una pintura de lo menos convencional, en la estela de la última producción goyesca.
 


 
Las Pinturas Negras han sido vistas como el origen del arte moderno.













 

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