miércoles, 22 de julio de 2015

MARTIRIO DE SAN FELIPE. (1639)



 
OBRA/TITULO: MARTIRIO DE SAN FELIPE

AUTOR: JOSÉ DE RIBERA (1591-1652)

CRONOLOGÍA: 1639

ESTILO: ESCUELA ESPAÑOLA SIGLO XVII (levantina).

TECNICA: OLEO

SOPORTE: LIENZO

DIMENSIONES: 234 cm. X234 cm.

LOCALIZACIÓN: MUSEO DEL PRADO. MADRID.

Descripción:

Aunque durante mucho tiempo esta pintura estuvo catalogada como el
Martirio de San Bartolomé a pesar de no aparecer el atributo del santo, el cuchillo con el
que fue desollado. No fue sino hasta 1953 cuando la historiadora estadounidense
Delphine Fitz Derby indicó lo erróneo del asunto al tratase en realidad del martirio de
San Felipe, que predicó el Evangelio en Escitia y fue crucificado en la ciudad de
Hierápolis, siempre, en las raras representaciones de su martirio, se le presenta atada
con cuerdas a la cruz, como en este caso, y no clavado.

ANÁLISIS FORMAL:
 
Está pintado a tamaño quizá mayor que el natural. En este lienzo que pudo ser pintado
por Ribera para el rey Felipe IV, presenta el martirio como un impresionante drama
religioso y humano. San Felipe, con sus largos miembros estirados se vuelve hacia el
cielo solicitando en su angustia la ayuda divina, nos presenta a san Felipe como un
hombre de mediana edad y fuerte complexión y no con los ochenta y siete años que se
le atribuyen históricamente. Sus facciones son ordinarias, con el rostro muy realista y
curtido por el sol, el pelo y bigote cortos, denotan que el santo es de extracción
 
humilde, su figura ha sido realizada con todo lujo de detalles, marca su caja torácica al
 
elevar los brazos y poner una suave resistencia al martirio.
Ribera contrapone la resignación del santo con el vigoroso esfuerzo físico que realizan
los dos verdugos al tirar de las cuerdas para izar el travesaño de la cruz a lo largo del
poste. Un tercero trata de sujetar a san Felipe por una pierna y los espectadores se
aglomeran para asistir a su cruel destino, apiadados unos e indiferentes otros. Llama
 
la atención la figura femenina con un niño en brazos, posible alegoría de la Caridad
cristiana. Todo esto sucede bajo un vasto y bello cielo azul. Su firma y fecha se
encuentran sobre la piedra, en el ángulo inferior derecho.
 
Ribera es el máximo exponente del tenebrismo en España, sobre todo al principio de su
carrera por influjo de su maestro Francisco Ribalta.
Su maestría en el uso de la luz y las sombras es inigualable, mucho más audaz que los
tenebristas italianos, aunque lentamente va perdiendo el gusto por los contrastes
lumínicos y su paleta se aclara y dulcifica, influido por los venecianos, dominando la
diagonal, en esta fase destaca el impresionante martirio de san Felipe.

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